Una acción histórica en el ámbito de la ganadería para asegurar la seguridad alimentaria 

En septiembre de 2011, la pobreza y la inseguridad alimentaria en Madagascar alcanzaban proporciones dramáticas. El 76,5% de la población se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, establecido a 234 USD por año y por persona, un índice que alcanzaba más del 82% en los campos. La agricultura es sin embargo un sector crucial, los campesinos representan más del 70 % de la población pero se encuentran numerosas dificultades: falta de servicios, dificultades de agotamiento de productos o acceso al capital, etc. Hechos agravantes: la tierra está repartida de manera desigual, y el país padece una desforestación dramática, debido al desmonte por la producción de carbón, la colecta de leña y madera de construcción, la práctica del cultivo de tala y quema o la explotación comercial ilícita  de la valiosa madera. Madagascar es por otra parte considerada por los expertos del GIEC como uno de los tres países más vulnerables al cambio climático. Los ciclones son actualmente dos veces más numerosos cada año que hace 20 años. Desde 1992, AVSF acompaña así a las familias rurales malgaches para asegurar y desarrollar su producción agrícola o ganadera, frente a riesgos crecientes. 

Apoyo histórico a la ganadería, las cadenas alimenticias locales y exportación 

En Madagascar, AVSF es reconocida por su acción histórica de apoyo a la ganadería y la puesta en marcha de servicios de sanidad animal de proximidad y callidad. Más de 120 auxiliares comunitarios de sanidad animal fueron formados y todavía siguen en actividad, pudiendo intervenir en de más de 10 000 familias. AVSF apoya también el desarrollo de la pequeña ganadería (pollo “gasy”) que goza de un mercado local muy importante.  

Desde 2000, AVSF diversificó su cooperación para responder mejor a las necesidades. En varias regiones malgaches, AVSF promueve la difusión o la mejora de técnicas agroecológicas adaptadas a las condiciones campesinas y que responden a la apuesta medioambiental: las producciones arroceras y de yuca se doblaron. Para anticipar mejor las limitaciones vinculadas con el acceso al agua, AVSF pusó igualmente en marcha a escala nacional una cadena de pequeños fabricantes y distribuidores de kit de microirrigación gota a gota de bajo coste, en menos de tres años, más de 10 000 familias campesinas se benefician ya de estos kit que les permitieron extender los cultivos hortalícolas y de frutas, mejorar sus ingresos y disminuir los costos del trabajo, de las mujeres en particular. 

Primer país exportador mundial de vainilla, Madagascar también tiene una parte de su agricultura orientada hacia la exportación. La pimienta, el clavo, el litchi y los aceites esenciales se exportan pero los circuitos tradicionales no siempre remueran a los campesinos de manera equitativa por su trabajo. En colaboración con socios comerciales europeos, en particular la SCOP Ethiquable, AVSF acompaña la creación de cooperativas agrícolas que ya venden en Europa litchis y vainilla certificados “Comercio Justo”. Con resultados prometedores: el ingreso de ciertos de estos productores se dobló gracias a estas cadenas. 

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